Un
sábado de marzo del año 2010 por casualidad pasé por la Plaza de la Música y vi
la entrada de Miguel Heras ganando la prueba reina de la prueba canaria, que
aún no contaba con el patrocinio de The North Face, pero que hizo que se
instalará en mi cabeza el sueño de hacer lo mismo, no ganarla, solo terminarla.
En
el 2011 con mi hermano Edu hice la conocida por aquel entonces Sur-Norte, 96 km
que ya me enseñaron el camino, de dureza y sacrificio que es realizar una
prueba de ultra resistencia.
Con
la llegada del 2012 hice mi primer intento sobre la distancia reina, 123 km,
pero desde que llegué al Pico de Las Nieves y bajé al Garañón, mi pie derecho
hizo crack, igual que mi sueño de terminarla. Desde ese momento tenía claro que
el 2013 lo volvería a intentar.
Y
llegó el día, 00:00 en Agaete y me lanzo de nuevo a intentar superar este nuevo
reto. Y como fue en el año 2011 me acompaña mi hermano Edu, aunque los dos
sabemos que iremos poco tiempo juntos, exactamente hasta después del
avituallamiento del Aserrador.
Salí
disfrutando del ambiente que reinaba en Agaete, saludando conocidos y buscando
las primeras rampas, desplego bastones y a subir, en poco más de una hora ya
estoy llegando a Tamadaba y se puede empezar a trotar, pasando por el
avituallamiento sin parar, para una hora y pico después entrar en Artenara, con
un ritmo suave pero constante. 3:28:32, clavando tiempos, quedan aún 100 km por
delante. Me sorprende mi hermano que aparece cuatro minutos después, y decido
esperarle y así se hace más llevadera la noche.
Con
tranquilidad comenzamos el descenso y ascensión al siguiente avituallamiento,
Roque Bentayga. Es un descenso complicado y muy técnico, no hay que arriesgar y
aflojo la mecha para no arrepentirme después. Comienzo la ascensión en ese
bosque de piedras hasta llegar a la carretera, donde para soltar las piernas
corro y busco el té y suelto lastre en el avituallamiento.
A
partir de aquí empieza la verdadera travesía, entre otras cosas, porque una
gran parte del recorrido lo desconozco, pero eso hace que sea más entretenido,
sin saber que será lo próximo. El descenso hasta La Solana es tranquilo, llevo
a un corredor delante que sin mucha técnica va patinando en todas las curvas, y
al llegar al fondo del barranco me lo quito de en medio.
Comenzando
a subir el famoso Aserrador amanece, son las 7:00 am, Edu sigue detrás de mío,
hablamos y vamos dejando atrás el ascenso del aserrador. Imágenes más que
impresionantes al coronarlo. Eso sí, dentro de una espesa niebla, una lluvia
incómoda que nos lleva acompañando ya varias horas, y el viento que hace que la
sensación térmica sea aún más baja.
En
el avituallamiento del Aserrador, bastante cutre por cierto, pero sobre esto ya
tiene un mail la organización, como y salimos para bajar a la Presa de Las
Niñas. Edu me dice que siga yo, me veo bien, y comienzo a bajar rápido, con
cierta precaución porque hay mucho barro y agua. El descenso se hace más cómodo
cuando llego a una pista forestal, pero se hace eterno porque no se ve nada por
la niebla. Me interno en el sendero que me llevará a la presa. Solo recuerdo
que fue duro. Agua, niebla, barro. Pero esta vez mi mente iba a tope y ayudado
de los bastones fui subiendo el ritmo. Y de repente el avituallamiento, joder
parecía que no llegaba nunca, pero ahí estaba.
11:08:35,
salía hacia Soria. Hasta Chira, ecuador de la carrera decidí recuperar piernas.
El agua seguía cayendo lo que hacía más peligroso el sendero de piedras con el
que se llegaba a Chira. Recuerdo pensar que en el 2012 sangraba por la nariz en
esa zona. Cruzo el muro de la Presa de Soria y comienzo a subir en un grupo de
catalanes y alemanes, ningún canario. Me reía escucharles decir “en esa cima y
ya está”. Los fui dejando atrás, me encontraba con fuerzas y hasta corrí cuando
empecé a ver Chira. Gran avituallamiento. Ecuador de carrera y lo mejor es que
un grupo de personas que no saben ni quien eres te traten como un hermano. Comí
bien, me lo tomé con paciencia, lo que venía ahora era duro, 16 km hasta el
Garañón.
La
ascensión la hago a un ritmo cómodo, pero a la vez exigente, sin correr, pero
caminando revolucionado, poco a poco voy acercándome a un grupo de tres
corredores que antes me habían adelantado y en los últimos repechos los dejo
atrás, junto a una cuarta corredora que se les había unido. Ya veo el camino de
la plata, hasta troto, pienso que cuando lo suba ya está todo hecho.
Lo
subo, fuerte, constante, sonriendo con la cara que ponen los senderistas cuando
te ven sufrir, con algunos incluso bromeo. Termina la subida, siempre pienso
que es más nombre que dureza la que tiene este camino. Y llego a mi única
situación crítica, por darle emoción vamos. Los 3-4 kilómetros hasta el Garañón
fueron interminables. Primero porque la mente se relaja después de pensar que
con el camino de la planta estaba todo listo, y segundo porque empiezo a hablar
con corredores de otras historias y pierdo la concentración. Cuando la recupero
ya estoy cruzando el parking del Roque Nublo, y sonrío al ver a corredores de
la Advanced. Es un plus saber que salen 6 horas después que tú.
Llego
al avituallamiento del Garañón, 16:35:26 al salir. Me cambié, comí, y preparé
la comida para el descenso. Hablo con algunos corredores, lleno el camel back,
y para Teror. Sigo muy fuerte de cabeza y los entrenamientos están dando sus
frutos, las piernas van más que bien y sé que no tendré problemas en llegar a
meta.
Poco
después de salir noto el estómago tocado. No abuso de geles, mi comida en
carrera suelen ser panes de leche con pavo o chocolate, los geles de fruta del
Mercadona, y algunos geles, creo que hasta el Garañón me había tomado sólo
cuatro. El caldo y los macarrones no me sentaron mal. Bebí agua e isotónica
hasta Teror y fui mejorando. Recuerdo ir bajando y encontrarme con Tolo y
Ezequiel. El primero fue quien hizo el Tracking Trans de las Presas. Le recordé
que se quedó corto. Ambos me animaron y me vieron con buena cara. ¡Joder, de
mayor quiero ser como ellos!
Llego
a Teror. 19:55:48. Quedan 24 kilómetros. Café, algo de azúcar y salgo. Primeros
tramos corriendo para calentar el cuerpo. En Osorio intento soltar lastre pero
no puedo. Subo y cruzo la acequia con cuidado, ya es de noche y no hay que
arriesgar. Poco a poco me interno en la zona más oscura, la bajada a la cruz y
Santidad. El sueño se convirtió en mi rival. En algún momento me venció pero no
sé si porque hago ese tramo muchas veces o porque es de esos momentos en los
que estás solo de cuerpo presente, pero no me caí. Entre en el avituallamiento
de Santidad, pedí café, no había, y creo que me metí media botella de cola sin
respirar. Vaya que vino bien.
En
el descanso una chica me reconoció como mi hermano, le aclaré que yo era el
hermano, y me decía que lo que nosotros hacíamos no tenía mérito, sonrío, como
no, es verdad lo que dice, pero tiene mérito todo aquel que intenta siempre ir
adelante, en lo que sea.
Al
grito “a dejarse la vida” hago el descenso al barranco de Tenoya rápido, y sin
pensarlo voy a cuchillo todo el barranco. A estas horas es un cementerio de
elefantes, voy pasando a corredores fundidos, y poco después ya estaba subiendo
la cuesta de Tenoya, viendo a mi hermana Pili y mi cuñado Nacor, al que le
suelto “págame la mariscada”. Tomo un poco más de refresco, pregunto por Edu,
que ya había empezado a bajar de Teror, y salgo a completar los últimos 8 kms. Llevaba 111 kilómetros.
Ritmo
vivo, tardo 44 minutos en llegar a meta, con parada para soltar lastre, voy
pensando en todas las horas, madrugadas y kilómetros que he hecho para
conseguir este reto.
Vi
una pintada en el asfalto ¡ANIMO BOADA! Pensé que sería para mi hermano, que lo
suelen conocer más por el apellido. Pero ni él la vio ni sabía quién podría
haber sido. Si alguien sabe quién fue que lo comente, simplemente para darle
las gracias por los ánimos.
Bajo
Los Giles corriendo, a un ritmo, después de 24 horas tengo más ganas de correr
que nunca. Un policía local me pide que salte la valla y me lanzo a los últimos
metros. Al primero que veo es a mi padre, golpe en la espalda y veo al resto de
la familia. Ya es tarde para que esté la enana en meta, pero si esta Yaiza. Me gusta
verla sonreír, con lo mal que lo pasa cuando me meto en estas aventuras. Mis
hermanas y mi madre también están ahí. Sergio y Vane, que craks!
Saboreo
el instante, cierro el puño y escucho a speaker. Veo el tiempo que ya es lo de
menos, 24:43:25. Saludo de nuevo a todos, al público que a esta hora aguanta en
meta, a la familia, cierro los ojos, subo la rampa y me río de emoción.
Terminé. Felicidad.
PD:
Cuando llegué a casa mi cuerpo pagó todo el esfuerzo, pero valió la pena, ya
soy TRANSGRANCANARIO!
6 comentarios:
Enhorabuena. Eres un campeon y saludos a la familia
Hola Fede soy Abian, ante todo mi enhorabuena por el pedazo de carrera que te marcaste. He disfrutado con cada palabra de la crónica. Me alegro que el "ánimo boada" surgiera efecto ;) fuimos David y yo que balizamos el último tramo. Un saludo!
Enhorabuena por el carrerón y por quitarte la espinita de la vez anterior.
Enhorabuena una vez más Fede! Me alegró mucho saber que habías terminado, y más después de lo del año pasado.
Por otro lado, qué alegría que hayas visto lo de la pintada, fue nuestro microgranito de arena, aunque nos faltara espacio para la S del final, porque nuestra intención era poner Boadas... ;o)
Un abrazo!
Gracias Abián y David, por la pintada, que descojono, la verdad que me hizo ilusión verla! Un día de estos iré por allí, cuando vuelva a la isla, y me sacaré una foto!
Gracias al resto por las felicitaciones!
Enhorabuena Fede!!! Ni imagino la felicidad que debiste sentir al llegar a meta después del carrerón...épico...
Y ahora qué...cuál es el siguiente reto...(madre mía!!!)
Por cierto, y tuviste la osadía de meterte en un barco en plena recuperación de la Trans con el temporal que había...(vi tus tres segundos de entrevista en la TVCanaria...jajajaj)
Un abrazo...
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